Las Asambleas de Dios de EEUU (AG) ha mostrado su oposición a la postura manifestada por el presidente Obama al respecto de los “matrimonios homosexuales”. El Superintendente General, el Dr. George O. Wood, ha manifestado a través de un comunicado oficial: “La Biblia enseña claramente que el matrimonio debe ser un compromiso de por vida entre un hombre y una mujer”, y “a pesar de que se ha convertido en una moda el citar las escrituras groseramente fuera de contexto para servir a un propósito personal o político, todavía no ha cambiado lo que la Biblia dice claramente”.
Esta es una referencia clara y directa a las palabras con las que el presidente Obama defendió el “matrimonio homosexual”. El Miércoles pasado el presidente de EEUU dijo “Las parejas del mismo sexo deberían poder casarse”, esta postura se opone a lo que manifestó durante la campaña a la elección en 2008, cuando no apoyó esta reivindicación gay, Para justificar esta opinión Obama declaró a ABC News “Michelle y yo somos cristianos practicantes… cuando pensamos en la raíz de nuestra fe, no pensamos sólo en el sacrificio de Cristo a nuestro favor, también pensamos en la Regla de Oro: trata a los demás como te gustaría ser tratado”.
Ante esta postura del presidente, las Asambleas de Dios, que tiene mas de tres millones de miembros en EEUU y es una de las denominaciones pentecostales mas influyentes del país, expreso su postura oficial, que también afirma abiertamente: “la creciente aceptación cultural de la identidad y comportamiento homosexual, masculino y femenino, es un síntoma de un trastorno mas amplio de carácter espiritual, que amenaza a la familia, el gobierno y la iglesia… …la actividad homosexual de cualquier tipo es contraria a la moral de los mandamientos que Dios nos ha dado”.
Las Asambleas de Dios no es la única voz discordante con el presidente de los Estados Unidos. Joel Hunter, que es comúnmente considerado el consejero espiritual de Obama ha manifestado su “decepción” con el razonamiento presidencial. “Es cierto que la Regla de Oro está en la Biblia, pero no es posible utilizarla para contradecir el modelo divino de matrimonio, reafirmado por Jesús en Mateo 19:4-5”, ha dicho. A continuación también a manifestado que “Aunque no estoy de acuerdo con la interpretación del presidente de la Escritura en este tema crucial, no voy a abandonar nuestra amistad ... sólo voy a seguir diciendo lo que yo creo que la Biblia enseña y dejarle el resto a Dios.”
Es importante y ejemplarizante la posición tomada por las Asambleas de Dios, nada ni nadie puede estar por encima de la Palabra de Dios, a la que los cristianos consideramos “norma de fe y conducta”, y nosotros los creyentes somos los encargados de decir a nuestra sociedad lo que Dios dice, ya que esta no quieren leerlo por si misma.
No se trata de condenar a nadie, pero si de declarar lo que La Biblia dice sobre cada situación, con amor, sin desprecio ni superioridad, pero con claridad y sin intentar endulzar lo que por su naturaleza jamás será dulce.
Ciertas practicas son pecado, y que guste o no oírlo no las convierte en otra cosa que pecado, que la sociedad las considere de una u otra manera, no las convierte en otra cosa que pecado, que la ley las despenalice o incluso las bendiga, no las convierte en otra cosa que pecado.
La Buena Nueva es que La Biblia también dice que Dios ama al pecador sea cual sea su pecado (y lo hace tanto que no escatimo a su hijo unigénito para darle una solución), y quiere sacarlo de esa condición. Dios no condena y olvida, si no que muestra un camino de libertad de cualquier practica pecaminosa, un camino, llamado Jesús, de restauración total y sin límites para aquellos que quieren seguirlo. Y los cristianos (y aquí sí que aplicamos correctamente la Regla de Oro) tratamos a los pecadores, sea cual sea su pecado, como nos gusta que Dios nos trate a nosotros, sea cual sea nuestro pecado: con amor y misericordia además de con amonestación y disciplina.
Y todo el mundo debe saberlo.
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