La Lámpara de Dios


Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino. 
(Salmo 119:105).


La palabra de Dios nos dirige en nuestra obra y camino, y el mundo sería indudablemente un lugar tenebroso sin ella. El mandamiento es lámpara que se mantiene encendida con el aceite del Espíritu, como luz que nos dirige al elegir nuestro camino y los pasos que damos en ese camino.


Aquí se alude a la obediencia a los mandamientos de Dios por parte del pecador sometido a una dispensación de misericordia, la obediencia del creyente partícipe del pacto de gracia.


El salmista es frecuentemente afligido pero con el anhelo de llegar a ser más santo; diariamente eleva oraciones pidiendo gracia vivificante. Nada podemos ofrecer a Dios que Él acepte, sino lo que a Él le plazca enseñarnos a hacer.

Tener nuestra alma o vida continuamente en nuestras manos presupone el peligro constante de la vida; sin embargo, él no olvidaba las promesas ni los preceptos de Dios.
Innumerables son las trampas puestas por los impíos; y dichoso es el siervo de Dios a quien ellos no han hecho errar de los preceptos de su Señor.



Los tesoros celestiales son herencia eterna; todos los santos los aceptan como tales, por tanto pueden contentarse con poco de este mundo.


Debemos buscar consuelo sólo en el camino del deber y ese deber debe cumplirse. Por gracia de Dios el hombre bueno pone su corazón en su obra que, entonces, se cumple bien.


Escrito por: MATTHEW HENRY

2 comentarios:

  1. Bendiciones, un saludo desde El Salvador Centroamerica, compartiendoles mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com
    MI TESTIMONIO PARA LA GLORIA DE DIOS

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