Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Mateo 7:15 (RVR1960).
Hermanos quiero abundar y profundizar un poco acerca de este tema. Sé que estamos viviendo tiempos difíciles, donde muchos de nosotros estamos pasando por una gran escasez y depresión económica.
Muchos tratan de encontrar de encontrar una solución a dicho problema, mediante el uso de su capacidad intelectual y de sus propios recursos. Pero cuando todo esto falla, entonces buscan algo en el mas allá, que pueda aunque sea satisfacerles y hacerles sentir bien. Muchos optan por buscar de Dios y estos inundan las Iglesias, como sucedió a principios del siglo pasado durante la gran depresión americana.
Aquí es donde entran en acción estos oportunistas y falsos profetas, estos comienzan a predicar de la famosa prosperidad y a sacar ventaja del evangelio de Cristo. Sacándolo por completo de su propósito, que no es otra cosa que restaurar y salvar al hombre de su naturaleza (o herencia) pecaminosa. He querido compartir esto, ya que siento una gran preocupación, porque en estos pasados días es lo mas que he escuchado predicar en diferentes medios (programación televisiva y radial), siento la responsabilidad de mostrarle un poco de esto y de este modo no permitir que los continúen engañando.
No solo a los que están comenzando a caminar en Cristo, sino a aquellos que hace mucho que están caminando y por la necesidad que tienen el enemigo se ha aprovechado para tratar de apartarlos del verdadero propósito de Dios que antes les mencione.
Parte de lo que he escuchado es lo siguiente: Como somos hijos de un Rey, venimos a ser coherederos con El y tenemos el derecho a vivir como tal. Pues sabe que; eso es mentira del Diablo y ahí es, que este, por medio de esos falsos profetas aprovecha esa brecha para robarles a muchos la Salvación y cambiar el verdadero propósito de Dios. Estos falsos profetas cambian por completo el contexto de las Escrituras, la utilizan para su beneficio personal y para lucrarse de la gente que esta tan necesitada de una respuesta de parte de Dios a su problemática.
Aquí les voy a presentar el verdadero significado por medio de las Escrituras de la prosperidad de Dios para nosotros y donde estará nuestra herencia por parte de El.“Escuchen, mis queridos hermanos: ¿No ha escogido Dios a los que son pobres según el mundo para que sean ricos en la fe y hereden el reino que prometió a quienes lo aman? Santiago 2:5 (NVI)”. Ahí esta la verdadera riqueza de Dios en la Fe que mueve montañas y por la cual alcanzamos la salvación de nuestras almas.
Mas claro no nos puede hablar la Palabra acerca de este tema, dice que Dios escogió a los pobres del mundo, los marginados y los enfermos para que vinieran a ser ricos en Fe. O sea que estas riquezas no son económicas, sino que estas son Espirituales y en la Fe en que algún día reinaremos juntamente con Cristo.
Hermanos no me malinterpreten con esto, no quiere decir que porque le servimos a Dios vamos a vivir una vida llena de escasez y necesidades. Al contrario Dios le dice, que en nuestro deber como sacerdotes de nuestras familias, tenemos que ejercer nuestra mayordomía y ser prudentes en las decisiones que tomamos. Estas decisiones incluyen como manejar, gastar nuestros ingresos y hacer buen uso del mismo de una forma inteligente.
Para concluir quiero decirles que en estos tiempos difíciles no se dejen engañar por aquellos que su único fin es contrario a lo que verdaderamente Dios quiere para sus vidas y a pasar por el cedazo de las Escrituras las profecías antes de recibirlas.
En su comunicación con Dios pidan confirmación de estas, que si realmente viene de Dios estas se cumplirán en su momento y conforme a la voluntad de nuestro Padre amoroso.Quiero dejarles con un versículo en el que dice la verdad absoluta de la prosperidad en Cristo: “Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. Mateo 6:33 (NVI)”.
Asi que ejerzan un sano juicio en todo momento y busquen de Dios, porque de corazón desean servirle, no para ser servidos y complacidos en algunos caprichos. Hermanos Dios les continúe bendiciendo grandemente y la paz del que sobrepasa todo entendimiento sea con cada uno de ustedes.
Por: William A. Rivera Reverón
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