“… ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?”, Est. 4:14
Hay ocasiones en las que nos parece que Dios está distante, pero aunque Él es invisible para nosotros, también es invencible. Esa es la lección principal que aprendemos del libro de Ester. Su nombre está ausente en este libro; sin embargo, está presente en cada escena y en cada acontecimiento. Lo vemos actuando a través de la vida de cinco personas en especial, quienes son además los personajes principales de la historia:
1- Un rey llamado Asuero (Est. 1:1 – 3): en este momento él estaba en el tercer año de su reinado de 21 años; era un monarca muy poderoso, gobernaba desde Susa, la capital del reino, sobre todo el Imperio Persa (127 provincias). No había en ese momento hombre más poderoso en la tierra que él.
2- Una reina llamada Vasti (1:9, 11 y 12): de ella sólo sabemos que fue una mujer con ideas independientes, atrevida, que no tuvo temor de oponerse a los deseos de su marido el rey; esa oposición fue la que ocasionó el primer conflicto en esta historia.
3- Un malvado funcionario llamado Amán (3:1): era un hombre rico e influyente; ocupaba la segunda posición en el reino, era intrigante, egoísta y antisemita.
4- Un judío piadoso llamado Mardoqueo (2:5 y 6): era un hombre de Dios, un judío que vivía en Persia, descendiente de los judíos exiliados. Era un hombre piadoso.
5- Una bella mujer: Ester (2:7): Hadasa en hebreo (fragancia) y Ester en Persa (estrella), era una huérfana adoptada por su primo; aparentemente era una mujer que pasaba desapercibida que años más tarde se convertiría en la persona clave de la supervivencia de su pueblo.
La trama de la historia sucede así: primero, por un lado, vemos en Ester 2:21 – 23 a Bigtán y Teres tramando un asesinato. Cualquiera pudiera preguntarse si esto tiene alguna importancia. El escriba se tomó el tiempo de registrarlo para que quedara en la historia. Por otro lado, vemos que Amán odia a Mardoqueo no sólo porque es judío, sino porque éste se niega a inclinarse ante él. Amán le propone al rey un plan para acabar con los judíos; el rey confía en él y da su visto bueno. El resto del libro relata la conspiración y sus resultados.
El rey Asuero dio un banquete VIP de 180 días para exhibir su majestad y gloria a los magistrados, servidores, jefes del ejército y nobles. Después de eso, hizo un segundo banquete al cual dejó entrar a todo el pueblo. En ese banquete había lujo y bebida en exceso. También la reina Vasti hizo su propio banquete; pero, entonces, ocurrió algo: el rey estaba borracho y decidió exhibir otro de sus trofeos, ¡la belleza de su reina! Ordenó que la trajeran a la sala y le pusieran su corona real, pero no contaba con la determinación de Vasti (1:10 – 12).
La negativa de Vasti enfureció a Asuero (v. 12 – 15); a él le preocupaba lo que sus consejeros pensarían, así que… ¡sale Vasti, entra Ester! Dios trabaja de manera misteriosa, Él SIEMPRE está en control. En este momento, Ester no tiene ni idea de lo que está sucediendo en el palacio, ni del decreto real, PERO Dios siempre está en movimiento, aunque su modo de actuar es diferente al nuestro.
La oportunidad de llenar una vacante en palacio se ha presentado y, como era de esperarse, Dios YA tiene lista a alguien para llenarla. OJO: tenemos la tendencia a pensar que si Dios está realmente interesado en nosotros cambiará las cosas dentro de los próximos 60 minutos, o antes de que se meta el sol, o antes de que acabe la semana; pero, DIOS NO ES ESCLAVO DEL RELOJ HUMANO.
Asuero terminó borracho, amenazado por la negativa de su esposa y luchando por controlar la situación. Entonces inicia la convocatoria para el concurso de Miss Persia (2:2 – 4). Asuero no sólo conseguiría una esposa, sino que también se aseguraba de tener a la mujer más bella de Persia. Veamos algunos detalles del concurso (2:12):
- Durante todo un año se les preparaba con cremas y perfumes
- El historiador judío Josefo cuenta que se les daban masajes, se les pulía la piel para purificarlas y embellecerlas
- Les enseñaban el arte de la seducción, la cosmética, los peinados y los vestidos
- Cada una de ellas debía pasar una noche con el rey, quien entonces haría la elección. La ganadora se convertiría en la reina de Persia
Ester formaba parte de las minorías, pero su belleza física llamó la atención de alguien (2:8 y 9). A partir del v. 10 se narra todo el protocolo que seguían las candidatas. En los v. 15 – 17 vemos el resultado del concurso: Miss Persia. Asuero encuentra esposa, Mardoqueo y Ester están sorprendidos; pero luego viene un paréntesis en la historia donde se narra la conspiración contra el rey (2: 21 – 23). En el capítulo 3:1 y 2, leemos que fue Mardoqueo el que salvó la vida de Asuero descubriendo la conspiración; pero, ¿Por qué Amán es engrandecido? La vida no sólo es difícil en ocasiones, sino también INJUSTA.
En el capítulo 3:3 – 6 vemos cómo se enciende la ira de Amán y ordena el exterminio de los judíos. Mardoqueo se entera de lo que Amán tramaba y se vistió de saco y se sentó en ceniza (4:1 y 2). Luego le manda contar a Ester, quien ahora se encuentra en un dilema grande: si obedecía a Mardoqueo lo arriesgaba todo (v. 9 – 12).
Luego viene el momento más importante de la historia de Ester: las palabras que le dijo Mardoqueo (v. 12 – 14). En otras palabras:
1- Si no haces nada, como quiera vas a morir por ser judía
2- Suponiendo que no mueras, Dios no depende de ti; Él va a usar a cualquiera para salvar nuestra nación
3- ¡Qué tal que Dios en su soberanía te haya escogido a ti! No es casualidad que tú hayas sido escogida para ser reina, en este preciso tiempo, para este mismísimo momento
Ester acepta el reto (v. 15 y 16), y dice: “Si perezco, que perezca”. La historia continúa tres días más tarde (tiempo en el que Ester oró y ayunó), cuando Ester se prepara para entrar a la presencia del rey sin saber lo que le deparará el futuro al infringir la ley (5:1 y 2).
Ahí vemos a Ester confiada, firme, tranquila, confiada en el Señor. Cuando el rey la vio, ella halló gracia ante sus ojos (v. 3). Ese sería el momento idóneo para vengarse de Amán, pero NO lo hace; en su lugar ella los invita a un banquete (v. 4 y 5). Durante el banquete, Ester pudo haber hecho lo que hizo al día siguiente, pero DIOS ESTABA EN CONTROL DE TODO (v. 6 – 8).
Dios estaba trabajando todo ese tiempo, aunque nosotros no lo veamos. Amán estaba contento por eso, hasta que de nuevo se encuentra con Mardoqueo (v. 9 y 10), se enfurece una vez más y comienza a armar un segundo plan de destrucción (v. 11 – 14). Ordena que se construya una horca de 25 metrosde altura. Mientras tanto, Dios seguía trabajando… ahora con Asuero. Le quitó el sueño para seguir con su plan perfecto (6:1 – 3).
Mientras toda la ciudad de Susa dormía, el rey daba vueltas en la cama: JUSTO LA NOCHE EXACTA PARA TENER INSOMNIO. El rey no sabía del plan de Amán para destruir a Mardoqueo, así que, mientras Amán duerme, mientras Mardoqueo duerme, mientras toda Persia duerme, el rey no puede dormir. Y… ¡Dios tampoco duerme!
Al darse cuenta Asuero de que no se había hecho nada por Mardoqueo, empezó a pensar en cómo premiarlo (v. 4 y 5). El rey manda llamar a Amán para una cosa, y Amán estaba esperando ver al rey para otra (v. 6). Amán pensó en sí mismo: ¿a quién más que a él querría honrar el rey? (v. 7 – 9).
Después viene lo INCREÍBLE DEL TRABAJO DE DIOS (v. 10 y 11). Amán regresa a su casa derrotado (v. 12 y 13). Entonces viene el DESENLACE de la historia: nuevamente Amán regresa al banquete (v. 14). Este segundo banquete es el acontecimiento crucial; nuevamente el rey pregunta a Ester y éste es el momento de Ester (7:1 – 4). Con toda diplomacia y sensibilidad Ester suplica por su vida y la de su pueblo, para finalmente llegar adonde Dios había planeado desde el comienzo del libro (v. 5 y 6).
Todo el tiempo que Amán hizo construir la horca pudo ver ahí a Mardoqueo colgado; pero ahora es él quien ha sido condenado. La historia comenzó con el poderoso rey Asuero y ahora termina con un hombre cambiado y un pueblo librado de la muerte (8:1 – 3, 7 y 8). La ley no podía ser cambiada, el edicto de Amán seguía vigente, pero Dios cambió el corazón del rey usando a Ester y Mardoqueo, proveyendo una manera mediante la cual la ley quedaría sin efecto: los judíos podían protegerse a sí mismos, podían matar a los que los atacaran, y podían quedarse con el botín (8:15 – 17). Los judíos se defendieron, pero no abusaron (9:1 y 2). Luego del día esperado, Asuero pregunta a Ester si había algo más que pueda hacer por ella (v. 11 – 14). Ella pidió un día más para que los judíos pudieran defenderse (v. 15 y 16). Después de la AFLICCIÓN, la CELEBRACIÓN (v. 17 – 19). La historia termina como tenía que terminar (v. 20 – 27).
Conclusión
- Amán maquinó un plan de destrucción para acabar con Mardoqueo y los judíos. El enemigo puede haber decretado destrucción para nosotros, pero… ¡sucederá lo contrario! Los judíos se enseñorearon de los que los querían destruir
- Dios NO es esclavo del reloj humano. Él SIEMPRE está en control
- Mardoqueo salvó la vida del rey y Amán fue el engrandecido. Cuando la vida o las cosas nos parezcan injustas… ¡Dios está trabajando, aunque no lo veamos!
- Ester estuvo en un dilema: obedecía a Mardoqueo o moría. No entendemos la soberanía de Dios. ¡Quizás para esta hora Dios nos ha llamado o preparado!
- Ester aceptó el reto; estaba dispuesta a morir si fuera necesario, ¿lo estamos nosotros?
- Dios entregó el corazón del poderoso rey Asuero en las manos de Ester. En varias ocasiones le dijo: “¿Qué pides? Hasta la mitad del reino te daré”
¿Qué pedimos nosotros?
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